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  • Foto del escritorJosé Luis Peralta H.

Desarrollo y fibra óptica, un círculo virtuoso

Autor: el equipo de Entuizer

 

Sin duda, la granularidad o capilaridad de las redes de telecomunicaciones es el detonante para que comunidades aisladas, pequeñas localidades o ciudades enteras puedan aprovechar los beneficios del desarrollo, no sólo en materia de telecomunicaciones, sino en la gran mayoría de los sectores económicos como la salud, la industria manufacturera, el turismo, la educación o la generación de energía.


Mientras más densa sea esta capilaridad o en la medida en que existan más puntos de conexión a las redes de acceso -fijo o móvil-, habrá más oportunidades de que las personas y las cosas reciban y transmitan todo aquello que estimen conveniente; en algunos casos para entretenimiento personal, en otros para atención de asuntos críticos.

Para que toda la información generada a través de los diferentes puntos de acceso a las redes de telecomunicaciones tenga un verdadero valor, debe de llegar de manera oportuna, confiable y segura desde donde se emite hasta donde tiene que ser recibida, y para ello se requiere una o varias redes de transporte de alta capacidad que son, en conjunto con las redes de acceso, elementos indispensables para lograr los objetivos de conectividad y bienestar tecnológico para la sociedad.


En México, gran parte de estas redes de trasporte de datos de alta capacidad son desplegadas y operadas por concesionarios de redes públicas de telecomunicaciones para atender principalmente sus propias necesidades de tráfico; es decir, para cursar el tráfico generado por los clientes que atienden a través de sus redes de acceso.


Sin embargo, la demanda de tráfico y de calidad de servicio es cada vez mayor y los concesionarios deberán enfocar sus esfuerzos y sus recursos para modernizar sus redes de acceso con el fin de que éstas sean capaces de atender la creciente demanda que se espera en los próximos años.


Ello genera una gran oportunidad para desplegar nuevas redes de fibra óptica de larga distancia, capaces de satisfacer las exigencias técnicas que se generarán con la modernización y expansión de las redes de acceso existentes.


Para darnos una idea, el Cisco Visual Networking Index (VNI) pronostica que el tráfico cursado por las redes globales sólo durante 2022 superará el total de tráfico generado durante los primeros 32 años de la era de Internet. Igualmente, prevé 28 mil millones de usuarios y cosas conectadas ese mismo año y asume que 82 por ciento de los 4.8 Zetabytes de tráfico IP transmitidos, corresponderá a video IP.


En el caso de México, el VNI de Cisco muestra pronósticos de crecimiento de tráfico IP en línea con lo pronosticado globalmente. En el año 2022, los usuarios de redes móviles consumirán 693 Petabytes de datos al mes, y ello representa únicamente 15 por ciento del total de tráfico de datos IP que se transportarán por las redes de telecomunicaciones del país. Esto es, durante 2022 las redes de México transportarán 55.3 Exabytes, o lo que es lo mismo, 55.3 mil millones de Gigabytes.


Dicho de otra forma, cada 8 horas en 2022 las redes móviles transportarán el equivalente en Gigabytes a todas las películas jamás producidas en la historia de la cinematografía: todas. Sin duda, ello resultará en un incremento sustancial en el consumo de servicios de transporte de datos de alta capacidad y en la necesidad de desplegar nuevas y modernas redes de fibra óptica. Las velocidades de transmisión de datos en redes inalámbricas serán cercanas a los 90 Mbps en 5G y a los 28 Mbps en redes 4G, mientras que 83 por ciento del tráfico cursado en las redes móviles será 4G y las 2.2 millones de conexiones 5G contribuirán con 5 por ciento del tráfico IP en las redes móviles. La tasa de crecimiento de consumo de datos móviles la estiman en 42.2 por ciento anual.


Con el despliegue de nuevas tecnologías de acceso, despegará exponencialmente el uso de aplicaciones de misión crítica y de alto consumo de datos como la generación y el consumo masivo de servicios de video bajo demanda de alta definición; la migración, ahora sí, de servicios a la nube como videojuegos y simuladores en tiempo real, con necesidades de supervelocidades de transmisión y respuesta inmediata con niveles de latencia cercanos al milisegundo; la medicina especializada a distancia, en donde un médico en una ciudad puede dirigir a un robot a miles de kilómetros de distancia para ejecutar una operación crítica en un paciente ubicado enuna comunidad aislada; o la automatización de plantas industriales con Inteligencia Artificial centralizada, donde las decisiones son tomadas por un sistema central con base en la información transmitida y recibida, literalmente, en tiempo real, por los sensores y controladores dispersados por las diferentes plantas propias y de proveedores dentro de la cadena de suministro de insumos, a lo largo del territorio nacional, etcétera.


Para que todo esto suceda, las redes de fibra óptica jugarán un papel protagónico y fundamental en los próximos años, para habilitar el uso eficiente de las aplicaciones y los servicios que tal vez hoy se sigan viendo como de lejana aplicación para el país. Pero lo cierto es que si no actuamos ahora mismo, más pronto de lo que creemos estaremos viéndolos pasar de lejos y deseado haber actuado cuando tuvimos la oportunidad.

Juntos, la industria y el gobierno, deben delinear un plan para estar en posibilidad de satisfacer la demanda de tráfico que estaremos viendo durante los próximos años en México.


La industria, mediante inversiones inteligentes y focalizadas, anticipando el desarrollo de aplicaciones y la intensidad de consumo de datos que se presentará en las distintas regiones del país. Diseñando planes de consumo mayorista y atractivos programas comerciales que permitan a los concesionarios de redes de telecomunicaciones de acceso, generar compromisos de largo plazo, con el fin de rentabilizar tanto las inversiones en las nuevas tecnologías de acceso como en el despliegue de las redes de fibra óptica de alta capacidad para atender las necesidades de transmisión y calidad de estas.


El gobierno, mediante la implementación de políticas públicas que fomenten la inversión y faciliten el despliegue de las redes de fibra óptica; eliminando barreras para la construcción de nuevas rutas o la modernización de las redes actuales, así como diseñando políticas públicas que generen incentivos para la inversión y expansión de la cobertura en zonas desatendidas o con servicios deficientes.


El regulador de telecomunicaciones, emitiendo lineamientos objetivos y de sencilla implementación, que no generen cargas adicionales a los regulados al promover inversiones entre uno o más concesionarios de redes públicas de telecomunicaciones o el uso compartido de infraestructura instalada.


Únicamente con la actuación coordinada de concesionarios de redes públicas de telecomunicaciones, gobierno y regulador será posible cerrar el circulo virtuoso del bienestar tecnológico y tomar valor a todo aquello que gravita a su alrededor.

 
 
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